El papa Francisco visitó ayer Albania, un pequeño país del este de Europa, y uno de los más pobres del continente. Francisco ha querido visitar Albania porque sus habitantes son un ejemplo de convivencia pacífica entre personas y comunidades de distintas religiones.
Durante su estancia el papa ha dicho que nadie puede usar el nombre de Dios ni la religión para
utilizar la violencia contra los demás o cometer actos terroristas, que todos debemos respetar los derechos más importantes del ser humano: la vida y la libertad.
También ha asegurado que el desarrollo económico de los países no es verdadero si no tiene en cuenta a las personas más pobres y no respeta el medio ambiente.
Por último ha afirmado que la globalización de los mercados del mundo tiene que convertirse en "una globalización de la solidaridad".
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