Un pequeño caserío: Nacimiento e infancia del pequeño Juan


Durante el recreo de hoy ha dado comienzo el juego para conocer mejor la vida de Juan Bosco. Nuestros chicos y chicas estaban preparados para empezar con buen pie esta semana cargada de sorpresas, pero sobre todo, de alegría y esfuerzo por parte de todos los grupos.

Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!" La señal de pistoletazo de salida. En ese momento, tres personajes han aparecido por el patio disfrazados de "anuncio". La primera historia de Juan Bosco estaba escrita en dos grandes carteles que transportaban de un lado al otro y una gran marabunta de chicos y chicas se han arremolinado alrededor de ellos.
La verdad es que ha sido súper emocionante y se respiraba mucha ilusión y ganas de pasarlo bien. Don Bosco nos invita a "estar siempre alegres y a esforzarnos en cada cosa que emprendemos", y hoy se ha conseguido. ¡FELICIDADES!

Mañana, más y mejor. ¿PREPARADOS?

Aquí os dejamos con la historia de hoy: "La infancia del pequeño Juan".


“UN PEQUEÑO CASERÍO”
- ¡Oiga , Don Bosco!, ¿ Dónde está su casa?
- ¡Paciencia chicos! ¡Os dije que veréis el tejado en la próxima curva!

La pícara mirada del joven sacerdote no consigue calmar la impaciencia de aquella tropa de diablillos. ¡Qué suerte! ¡Cada otoño, pueden abandonar los suburbios de Turín para ir la “casa de Don Bosco!” ¡Había que pelear duro con los patronos para conseguir esos pocos días de vacaciones! Pero para Juan estos días eran tan preciosos como la niña de sus ojos.
Juan Bosco no se cansaba de contar su infancia a sus huérfanos y ellos estaban deseando conocer aquellos recuerdos familiares. Así podían compensar un poco lo que la vida no había sabido darles.

Don Bosco se pierde en sus recuerdos de infancia, en todo lo que mamá Margarita le había contado tantas veces:

- La felicidad de papá Francisco, cuando él nació, en un conjunto de casitas que formaban “I Becchi” un 16 de agosto de 1815. Juan fue el tercer hijo para Francisco Bosco y segundo para Margarita Occhiena.

- Los planes de Francisco cuando decide comprar con sus pocos ahorros, un trocito de tierra y un poco de viña, así como una casucha deteriorada, pero aún aprovechable para tener establo con animales, e independizarse y trabajar por su cuenta.

- La felicidad que le produce a Francisco volver cada tarde a casa, agotado de trabajar, y tomar en sus brazos a los dos pequeños, José y Juan, y escuchar al mayor, Antonio, nacido de su primera mujer, que murió pocos años después de haberse casado.

Pero todos estos planes se vieron truncados cuando, una tarde de mayo de 1817, Francisco cayó gravemente enfermo con una neumonía que, unos días más tarde, ante la presencia de Juanito, que lo miraba fijamente, y de mamá, se lo llevó.

-¡Don Bosco, ya la veo! ¡Está allí! Estos gritos de los muchachos hacen que Don Bosco vuelva a la realidad, y abandone sus recuerdos. Los muchachos corren en dirección a la casa como una bandada de pájaros y Juan, que no quiere ser el último, se remanga la sotana y se mezcla en la carrera.
Ante los ojos de los muchachos aparece una humilde construcción, que sorprende por su sencillez a los que llegan por primera vez allí.

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