Pude ver al pintor en persona, se quedó un poco, miró a la gente y luego se marchó sonriendo.
En la exposición era difícil encontrar un cuadro pequeño, todos eran medianos y grandes. Había mucho que ver , mucho que preguntar, y dibujos muy impactantes. Algunos reflejaban odio, otros tristeza o sufrimiento.
Había mucha gente, pero todos de quince años para arriba, niños no vi, por eso algunas personas me preguntaban que si me gustaba dibujar, si me gustaban los cuadros que veía, y yo les decía que sí, que la mayoría me gustaban.
Por lo que pude ver, a Natalio Bayo le gusta pintar caballos, porque había muchos cuadros de jinetes, algunos con la bandera aragonesa. Fue una pena que no nos diera tiempo a verlo todo. Le pregunté a mi padre si podríamos volver otro día y me dijo que sí.
ENVIADO ESPECIAL A LA LONJA: MANUEL GARCÍA, alumno de 6º de Primaria
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