MEMORIAS DE ÁFRICA

RECUERDOS DE MI ABUELO…

Hace unas semanas viajé a Guinea Ecuatorial y además de viajar más de 6.000 kilómetros, tengo la sensación de haber viajado en el tiempo.

Cuando era niño, los domingos después de comer me sentaba sobre mi abuelo en el sofá; como a todos los abuelos, a él le encantaba contar historias de su juventud mientras yo las iba imaginando.

Ahora, dos décadas más tarde de aquellos acontecimientos y unos 70 años después de que ocurrieran los hechos que me contaba, tengo la sensación de revivir esos pensamientos en la realidad.

Parece que la vida en Guinea Ecuatorial hoy sea similar a la de España en los años 40, aquí se vive en la calle, el tiempo no es importante, se vive sin prisas, con tranquilidad, se ayuda a los vecinos y amigos en lo que necesitan, las puertas de las casas están abiertas, el que menos tiene es el que más da, en el colegio las clases tienen entre 50 y 80 alumnos, el maestro tiene la máxima autoridad, los niños son autónomos desde que son muy pequeños, la mayoría de la población vive de la agricultura, los perros y los animales van sueltos por las calles, las familias tienen muchos hijos, son muy creyentes, no tienen agua corriente ni luz en las casas…

Creo que desde nuestra perspectiva de un mundo que corre rápido y que el reloj es tan importante, un mundo en el que parece que sólo vivimos para trabajar y para formarnos, deberíamos hacer una pequeña pausa y vivir con más tranquilidad, establecer prioridades y aprender de aquella España de nuestros abuelos, que vivían con pocos recursos y con pocas facilidades, que valoraban y querían a los amigos y a la familia y que siempre estaban felices.

Creo que durante estos meses aquí tengo mucho que aportar, pero también tengo mucho de lo que empaparme.